La sede central del Banco Guipuzcoano, hoy Banco de Sabadell, ocupaba la esquina de una manzana del ensanche Cortázar del centro de Donostia. El edificio, como el resto de la manzana, fue construido a principios del siglo XIX por el arquitecto Antonio Cortázar. En contraposición al resto de la manzana, intensamente ornamentada, el edificio del Banco Guipuzcoano era de una gran severidad aparente intensificada por la falta de cubierta, de gran expresividad en los edificios contiguos.

El proyecto además de la rehabilitación interior del edificio plantea la adición de una planta en cubierta. Esta nueva planta se modela tratando de completar el edificio y acomodarlo a su entorno próximo.