El parque Zubimusu ocupa una situación central en el barrio de Ondarreta construido al final de los años ochenta. La situación del barrio es próxima al mar y ocupa una zona de marisma antiguamente influida por las mareas. La urbanización del barrio se realizó sobre un relleno de tres metros salvando así las posibles afecciones del nivel freático. La parcela del parque, dotada de arbolado silvestre de gran porte que se mantiene en el nivel original queda dividida por un vial de la urbanización. Resulta difícil eludir la referencia a la Plaza de Guipúzcoa en el planteamiento del proyecto del Parque Zubimusu, referencia obligada tanto por el arraigo del diseño de jardín de Pierre Ducasse en la ciudad como por una serie de similitudes relativas a su implicación en la trama urbana y a sus dimensiones. El gran acierto de la Plaza de Guipúzcoa estriba en la combinación de dos características aparentemente opuestas, gran accesibilidad desde las calles circundantes y a la vez una una gran capacidad de aislamiento y evocación de una naturaleza sofisticada.
Estas características, accesibilidad desde el entorno inmediato y aislamiento de él reforzando su carácter natural primigenio, se considerados fundamentales en el proyecto. La recreación de la naturaleza exótica o pintoresca viene dada por el hábitat natural existente, de características particulares que en este proyecto se mantienen y realzan. Un estanque de agua alimentado por una fuente formalizada por dos pantallas de hormigón recuerda las circunstancias originales del lugar. El agua surge del borde superior de las pantallas y de la ranura existente entre ambas. Dos figuras de niños en bronce contemplan la aparición del agua entre las dos pantallas. Las esculturas son de Paco López.